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miércoles, 6 de abril de 2016

Los muertos que no se olvidan: hay 215 homicidios sin aclara



  - Ciudades
CRÍMENES. DE CADA 10 ASESINATOS, UNO QUEDA SIN RESOLVER. ES EL DELITO QUE TIENE EL MÁS ALTO PORCENTAJE DE ESCLARECIMIENTO. EN ROCHA HAY UN EQUIPO ESPECIAL PARA SEGUIR CASOS LOCALES
Los muertos que no se olvidan: hay 215 homicidios sin aclarar
DEBORAH FRIEDMANN
La túnica de Maximiliano Díaz está intacta, como esperando que se la vuelva a poner para ir a la escuela. María, su madre, sabe que nunca la va a volver a usar, pero conservarla le permite, aún cinco años después de su asesinato, sentir su olor.
El caso de Maximiliano, muerto a tiros cuando tenía 11 años en la puerta de su casa, es uno de los al menos 215 homicidios no resueltos en Uruguay en la última década.
Ni bien uno se acerca a sus padres, el dolor acumulado se percibe en la tristeza de sus miradas. Luego vienen sus palabras, que cuentan de enfermedades, de sufrimiento, de una búsqueda de justicia que se vuelve "insoportable" al no tener respuestas.
Dicen que recorrieron cientos de mostradores, hablan de irregularidades en el caso, del ejercicio de tener paciencia, y de que la paciencia también tiene un límite.
Los homicidios no resueltos son una porción minoritaria del total de los asesinatos que se producen en Uruguay. En promedio, uno de cada 10 casos queda sin aclararse, señalaron a El País fuentes del Ministerio del Interior.
En 2005, por ejemplo, hubo 188 homicidios en todo el país. De ellos, se aclararon 175, el 93%, de acuerdo a las estadísticas oficiales del Ministerio del Interior.
Los homicidios son los delitos con mayor índice de esclarecimiento. El año pasado superaron a los casos de violencia doméstica (74% aclarados), riñas (58%) y lesiones (51%).
Estos crímenes volvieron al tapete esta semana, luego de que en los últimos 10 días se cometieran siete asesinatos en Montevideo, Maldonado y Canelones. De ellos, hasta la tarde de ayer, se habían aclarado dos.
En la última década, la cantidad de asesinatos se ha mantenido en el entorno de los 200 casos. En 1998 fue cuando hubo una mayor cantidad (244). El menor índice de estos crímenes se produjo el año pasado (188).
La opinión pública tiende a retener más los casos que no se esclarecieron, según fuentes del Ministerio del Interior. "La tensión humana retiene lo excepcional y no lo ordinario. Los casos no aclarados tienen el efecto de crear una percepción en la opinión pública de que son más frecuentes de lo que en realidad son", explicaron.
Algunos de los casos sin resolver persisten en la memoria, pese a los años transcurridos, por alguna característica en particular.
Son aquellos especialmente trágicos o los que involucran a jóvenes los que causaron más conmoción social, como el asesinato de Andrés Trigo en Colonia (1998) y el de Sheila López en Rivera (1997).
Más recientemente, este año, los crímenes en Maldonado del periodista Mateo Kutalek, del empresario Enrique Santa Cruz y de la comerciante Mónica Wetch, sacudieron a los fernandinos. Estos tres casos sin aclarar motivaron varias movilizaciones en el departamento pidiendo "justicia".
investigación. Montevideo, Maldonado y Canelones son los únicos tres departamentos que cuentan con una división especialmente encargada de investigar los homicidios.
En los demás sitios del país, es el equipo de investigaciones quien se encarga de las pesquisas, explicó a El País el comisario Enrique Mariño, jefe de la División Homicidios de la Jefatura de Montevideo.
En Rocha, el jefe de Policía, inspector Néstor Artigas Lema, creó este año un equipo dedicado especialmente a investigar los siete homicidios no resueltos en el departamento. Los efectivos revisan los análisis científicos y forenses y buscan nuevos datos. Fuentes policiales dijeron que se lograron "avances significativos" en varios casos.
En Montevideo trabajan 65 efectivos en el esclarecimiento de homicidios. Si bien están organizados en turnos de ocho horas, los policías saben que si "hay trabajo" continúan.
Pueden incluso trabajar varios días de corrido en el caso de que la indagatoria avance hacia la resolución de un crimen. En la investigación de homicidios hay una "regla de oro": la preservación de la escena. "Automáticamente se aísla, preservando todos los indicios que puedan ser levantados por la policía científica", sostuvo Mariño. Esa "regla" también fue destacada por la jueza penal
Anabella Damasco, presidenta de la Asociación de Magistrados del Uruguay. "En los asesinatos las pericias técnicas son fundamentales. Hay que esforzarse a nivel judicial y policial en cómo recolectarlas y guardarlas. He visto algunas escenas del hecho donde se tocan o mueven elementos sin que se puedan recabar las pruebas", dijo a El País.
El comisario Mariño destacó que cuando hay un homicidio generalmente "hay un intercambio de indicios entre víctima y victimario. En toda escena de delito, generalmente el homicida deja algún tipo de indicio", afirmó.
El jefe de Homicidios se refirió, en particular, a sangre, huellas, fluidos, que pueden dar lugar a estudios de ADN que los terminen convirtiendo en pruebas irrefutables de la autoría.
De todos modos, Mariño marcó una cuestión clave. "Una cosa es levantar indicios en la escena del hecho y otra es que ese indicio luego se transforme en prueba de la supuesta participación del individuo. Son cosas diferentes", dijo.
Sobre ese punto, la jueza Damasco fue clara. "La Policía recolecta indicios y la prueba desde el punto de vista procesal es sólo judicial. La Policía sospecha de tal persona. Los jueves tenemos que probarlo. No es lo mismo", remarcó.
La magistrada señaló además que las pruebas tienen que ser "lícitas". No se acepta ingresar a una finca sin autorización del juez o el haber obtenido la admisión de un hecho sin que esté el abogado defensor presente. Mariño dijo que además de los indicios recogidos en el lugar, también son claves las pericias forenses, los testimonios de testigos, la captura y la indagatoria de los sospechosos.
Culpables. La tónica general es que los culpables nieguen haber cometido el crimen, dijo Mariño. "Depende del tipo de persona. Si es un homicida con graves antecedentes, es muy difícil que acepte la autoría. Si hablamos de un crimen pasional, lo más probable es que admita que cometió el crimen", dijo.
Varios investigadores policiales sostienen que los homicidios "se resuelven en las primeras 48 horas" o no se aclaran. Mariño discrepó y dijo que hay asesinatos en Montevideo que se esclarecieron hasta más de 3 años después de cometidos.
Para la Policía una muerte sin aclarar es un peso "bastante grande". "Los homicidios nunca se cierran. Siempre está latente una investigación. Lo que sucede es que llega una etapa en la que no surge una nueva línea de investigación", remarcó.
Mientras, decenas de familias esperan una llamada telefónica que les confirme que hallaron al culpable. Dicen que eso no les devolverá a su ser querido, pero sí les dará quizás un poco de la paz que tanto anhelan. (Producción: corresponsales de El País, G. Trinidad)
A MI HIJO LO MATARON
Muertes misteriosas en la historia de Maldonado
Varios casos de homicidios sin aclarar forman parte de la historia de Maldonado. Con el paso del tiempo, pasaron a formar parte del folklore local y en épocas pasadas hasta promocionaron el balneario.
Los casos se relacionan a personas extranjeras de muy alto poder adquisitivo, que fueron comidilla para los medios de comunicación de la época.
El primero de los famosos y misteriosos crímenes, todavía no se puede precisar si se trató de un homicidio o un suicidio. Fue el 10 de julio de 1956, cuando el comisario Eloy Pereira, encontró el cuerpo sin vida de la dueña de casa, de la finca "La Campana", Paulette Frencoise Jeromi.
Estaba casada con el magnate italiano Paoli Alberzoni, con quien discutió acaloradamente los días previos. Varios años después, el 7 de marzo de 1958, murió asesinado el empresario inglés conocido como Maynett Victor La Brooy Johnson. Apareció enterrado en las dunas, por la Laguna del Diario.
Con el correr de las horas, se conoció que La Broy Johnson había actuado para la inteligencia británica en la Segunda Guerra Mundial. Este caso disparó todo tipo de conjeturas y comentarios de la prensa.
Otros crímenes impunes ocurrieron en la segunda mitad de los años `80.
Uno de ellos fue el asesinato a sangre fría del abogado francés Roberto Swift, su hija Inés y el novio de la joven Luis Martínez. Hubo un sospechoso, pero no se logró interrogarlo. (Por Marcelo Gallardo)
El padre de Sheila: "Me preocupa la impunidad que existe. Muchas evidencias apuntan a policías"
El padre de Trigo: "Espero más procesamientos. Nunca pensé en que habría semejante demora"
A Sheila la mataron hace nueve años. Tenía 19 años. Fue secuestrada, violada y asesinada de un tiro en la nuca.
Me duele decir que no tengo otra opción que seguir luchando; seguir denunciando lo que llevó a la muerte de mi hija. Para mí no hay interés en esclarecer el crimen de Sheila. Hay muchas evidencias, que apuntan hacia los policías, el juez Daniel Tapié y el fiscal que intervinieron en la investigación. Yo soy perseguido por el poder. El jefe de Policía pidió mi baja. Para mí esto es una represalia, porque siempre he cuestionado a mis superiores, porque creo que estuvieron omisos. Estoy amargado. Hace pocos días, tras pagar una fianza de 10 mil dólares, recuperaron la libertad los dos subcomisarios procesados por encubrimiento. A mí me preocupa la impunidad que existe. Espero que el ministro Díaz me conteste el pedido de audiencia. Desde que lo hice, ya pasó un año y medio".
Mi hijo, de 11 años, salió hasta la puerta de nuestra casa. Allí, un grupo de jóvenes estaban festejando un cumpleaños. Tocaban los tambores, que el niño adoraba. En determinado momento, sintieron estruendos. Dispararon entre seis y ocho tiros. Maximiliano murió horas después. Hubo varias irregularidades desde el comienzo. Para empezar la Policía realizó pericias varias horas después del asesinato. Sacaron varias fotos y en el expediente judicial sólo aparecieron dos. Hablamos con todos los ministros del Interior, de Guillermo Stirling en adelante. Pasan cosas extrañas. Policías nos han dado reiteradamente la dirección de una vecina que se mudó, la principal sospechosa del crimen. Siempre que recibimos a un periodista, antes de que salga publicado el artículo, nos visita la Policía". Ayer, una llamada de su abogado, Carlos Romero, a El País, confirmaba esa premisa.
Nuestro corazón late muy fuerte para seguir buscando el esclarecimiento. Mi esposa Graciela debió ser intervenida quirúrgicamente tres veces como consecuencia del fuerte impacto emocional que ha significado la larga expectativa generada. Andrés fue encontrado muerto con dos balazos en la cabeza el 17 de agosto de 1998. Estaba en su camioneta en un barrio semipoblado sobre calle Atanasio Sierra. La ex novia de Andrés fue procesada y está presa por coautoría de homicidio pero espero más procesamientos. Las pruebas y los testigos son suficientes para obtener más procesamientos. Estaba convencido que al retornar el expediente desde la Suprema Corte de Justicia donde había sido apelado por la defensa de Karina Carro, el caso se iba a aclarar; pero todavía no se llega al fondo. Nunca pensé en semejante demora. Los asesinos y las fuerzas ocultas que los protegen aún siguen impunes".
Los padres de Maximiliano: "En la investigación del crimen hubo irregularidades desde un principio"
Policía tiene identificado el ADN de 20 homicidas
Si hay un elemento que cambió las pesquisas delictivas en Uruguay en la última década fueron los análisis de ADN (acido desoxirribonucleico). Permiten probar con certeza al autor de un crimen, entre ellos también a los de homicidios.
Estos exámenes cumplen este año una década en la investigación criminal en Uruguay. En 2005 el 32% de las muestras que llegaron al laboratorio biológico de Policía Técnica correspondieron a homicidios, según publicó el suplemento DS de El País.
También fue un homicidio el primer caso en que se utilizó esa técnica en 1996. Una mujer había sido asesinada. El sospechoso del homicidio tenía en su camisa unas pequeñas manchas de sangre. Fue lo que probó su autoría.
El director de Policía Técnica, Lucas de Armas, dijo a El País que el organismo instauró un banco donde almacenan perfiles genéticos de homicidas. Explicó que hay cerca de 20 casos donde tienen el ADN del asesino, pero la persona aún no fue identificada. Si aparece un firme sospechoso de alguno de esos crímenes, se le practicará el examen para cotejar si es el autor.
A nivel internacional, los exámenes de ADN también lograron probar la inocencia de personas en prisión. Por ejemplo, a comienzos de este año, Alan Crotzer, de 45 años, que pasó más de la mitad de su vida entre rejas en Estados Unidos, fue desvinculado de una condena de 130 años por un delito de estupro (abuso sexual contra un menor de edad) gracias a un ADN.
Mayoría de asesinos tienen relación con su víctima
¿Quién lo mató? Esa pregunta sólo la puede responder la Justicia. De todos modos, un estudio del sociólogo Javier Donnangelo, pone luz en el asunto.
Donnangelo analizó los homicidios ocurridos en Montevideo en 2003 y 2004.
En particular, estudió la relación de las víctimas con sus matadores y concluyó que la mayoría de los homicidios tienen como motivo una descarga emocional y no el conseguir beneficios como valores o dinero.
El análisis indicó que en el 61% de los casos los asesinos tenían una relación con la víctima. El 36% eran amigos o conocidos, 16% eran la pareja o ex pareja y 9% eran otros familiares.
El otro 24% no tenía relación previa y de 15% no hubo datos para analizar.
Donnangelo también estudió los motivos y circunstancias de los asesinatos. Las discusiones, riñas y disputas fueron la clave en el 39% de las muertes.
Le siguieron los conflictos de pareja y las rivalidades sentimentales con 17%.
De acuerdo al análisis, en el 74% de los homicidios pasionales las víctimas son mujeres. En estos casos, el 60% de las veces el hombre se suicida luego de matar a la mujer.
En cambio, cuando es la mujer quien quita la vida al hombre, las estadísticas no registran autoeliminaciones.
Luego, como motivos, le siguen las riñas y los hurtos con 15%.
Con menor proporción figuraron los delincuentes muertos por un particular (3%), el maltrato infantil (1%) y las violaciones (1%).
Los hombres eran amplia mayoría en el total de los autores (89%) y también en las víctimas (80%).
Respecto a las edades, el trabajo indicó que prácticamente nueve de cada 10 asesinatos eran cometidos por mayores de 18 años (87%). Los fallecidos en estos crímenes, en una proporción similar (91%) también eran mayores de edad.
Los grupos etáreos que fueron más víctimas de homicidios son los jóvenes entre 20 y 24 años (17,1%) y entre 25 y 29 años (11,1%), según el estudio de Donnangelo.
Quienes menos sufrieron asesinatos son los niños de entre 0 y 4 años (0,4%).
En Montevideo, las seccionales con mayor porcentaje de homicidios son la 21ª, de Piedras Blancas, y la 16ª que cubre Maroñas y Flor de Maroñas.

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