E.B.
Desde un puñado de dosis de pasta base hasta un mínimo de US$ 500 cobra un sicario para matar a un integrante de una banda rival de narcos, al dueño de una "boca" que no pagó la "mercadería" o al adicto que tiene viejas deudas sin saldar.
Ayer, ante el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, el subsecretario Jorge Vázquez y el director Nacional de Policía, Julio Guarteche, autoridades de la Dirección General de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas (Dgrtid) exhibieron un video en el que se filmó a un sicario ejecutando a un narcotraficante.
La filmación comienza con un individuo delgado y de tez morena cruzando una calle en un barrio montevideano. Mientras aguarda que el semáforo cambie de luz, se observa que el hombre camina concentrado. Viste vaqueros gastados, championes, un canguro celeste con la capucha puesta y una gorra blanca. Simultáneamente, se escucha un audio que registra a una mujer haciendo una llamada telefónica.
El espectador puede deducir que el mismo equipo que filmaba el frente de la casa de un narco había intervenido el teléfono de la vivienda.
El sicario -el hombre delgado del comienzo- ingresa a esa casa por un costado. Se escucha una serie de detonaciones, nítidas El sicario sale de la casa con paso tranquilo y con el rostro inmutable. No se ve el arma. Lleva las manos en los bolsillos del canguro celeste.
Camina unos 20 metros y se sube a una camioneta Volkswagen Saveiro, de color gris, último modelo. El vehículo arranca. Mientras, en el audio se oye la voz desesperada de la esposa del narco: "Por favor envíen una ambulancia. Hay un hombre herido de bala".
EJECUCIÓN. El titular de la Dirección de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas, Mario Layera, explicó la filmación en la sala de conferencias del Ministerio del Interior: dos socios traficantes se pelearon y uno envió a un sicario a ejecutar al otro.
"La persona atacada se salvó. El autor intelectual y el sicario fueron detenidos y el tráfico de drogas de esa organización se interrumpió", relató Layera.
Fuentes policiales señalaron que un sicario cobra sumas que oscilan los US$ 500 o dosis de drogas por la "tarea" encomendada.
"Hasta un adicto puede ser utilizado como sicario para matar a un rival o a un individuo que se llevó una partida de drogas", dijo un jerarca policial.
El jueves 27, el ministro Bonomi admitió que los homicidios se mantienen al alza en los primeros ocho meses de este año en comparación con el mismo período del 2011, y expresó que este aumento se debe a ajustes de cuentas y hechos de sangre sucedidos en el entorno familiar.
En su intervención ayer, en una conferencia para divulgar las actuaciones realizadas por la Dgrtid entre el 1| de enero de 2010 y el 30 de agosto de este año, Layera dijo que Uruguay se ve afectado por el funcionamiento de "organizaciones regionales y extra regionales" que trafican cocaína hacia Europa y a otros continentes a través de territorio uruguayo.
Informaciones manejadas por la Dgrtid señalan que, mientras que en América Latina el kilo de cocaína oscila entre US$ 1.800 y US$ 7.500, en Estados Unidos esa misma cantidad de drogas llega a costar hasta US$ 200.000.
Los datos policiales señalan que en Europa dicha cantidad de cocaína alcanza cifras que oscilan entre US$ 35.000 y US$ 90.000 mientras que en Asia y Oceanía se paga entre US$ 90.000 y US$ 200.000.
Según Layera, la marihuana proviene de Paraguay y tiene como destino el consumo local. "Acá no hay tránsito", advirtió.
"Son organizaciones paraguayas y brasileñas que manejan el mercado principal de Argentina y Brasil. Uruguay es un mercado secundario", dijo.
Con respecto a la pasta base, Layera consideró que la oferta y la demanda está cayendo.
"Es un fenómeno que surgió con la crisis económica de 2001 y 2002", arguyó, aunque no explicó cómo ese fenómeno se expandió tanto en los años de bonanza.
"La demanda se estabilizó hace dos años y desde entonces comenzó a descender. Si se confirma en los próximos dos años, estaremos ante un descenso de la pasta base", dijo.
"Al revés de lo que ocurrió en el 2001, los consumidores ahora se están volcando a la cocaína. La pasta base se restringirá a los adictos", aseguró.
Según el inspector policial, la Dgrtid efectuó 53 operaciones contra el tráfico internacional entre el 1° de enero de 2010 y agosto de año; desarticuló a 15 grupos e incautó drogas por el equivalente de US$ 3.000.000 (806 kilos). Contra el tráfico nacional mayor de drogas efectuó 49 operaciones y se desarticularon 37 organizaciones.
En los últimos 30 meses, la Dirección de Represión al Tráfico de Drogas realizó 1.137 procedimientos; procesó a 1.520 personas e incautó 47 kilos de cocaína; 149 kilos de pasta base y 717 kilos marihuana. Recibió en total 7.032 denuncias.
No hay estudios
El director de la Dirección General de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas, Mario Layera, dijo que "no hay estudios policiales" sobre el efecto que podría tener la liberación del consumo de marihuana sobre la pasta base como propuso el gobierno. Agregó que no le constaba que desregular el consumo de marihuana bajaría la demanda del consumo de pasta base, pero advirtió que no ha habido cambios en la normativa y que la Policía continuará reprimiendo el tráfico de cannabis.
El País Digital