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lunes, 11 de abril de 2016

DROGODEPENDENCIAS Y LA RELACIÓN CON EL DELITO.







INTRODUCCIÓN

Desde épocas inmemoriales, personas de todas las clases sociales han usado los estupefacientes y hasta ahora no se ha probado que exista algún grupo racial o étnico que sea inmune a las toxicomanías.

Es probable que el hombre en épocas muy remotas conociera sustancias capaces de provocar nuevas sensaciones y por consiguiente nuevos estados de conciencia, que unidos al deseo de enmascarar la realidad, serían el punto de partida del uso inadecuado de estas sustancias.

El uso de las drogas estupefacientes es un problema social relativamente moderno, no tanto porque la sociedad haya tomado conciencia por sí misma de que el uso de estas sustancias acarrea problemas sociales y problemas individuales, sino más bien, porque solo hoy, el vicio ha adquirido la fisonomía de fenómeno social del siglo XX.

No fue sino a finales del siglo XIX cuando se consideró el uso y el tráfico de estupefacientes como un problema internacional; anteriormente se le veía como un negocio más o menos legítimo y hasta se pensó que el uso de determinadas drogas (opio, hojas de coca, marihuana, etc.) provenían de hábitos muy arraigados en algunos grupos sociales en determinados países. Sin embargo, la realidad demostró lo contrario ya que la situación actual es más compleja, porque además del abuso de estupefacientes se usa y abusa de las llamadas sustancias psicotrópicas, hasta tal punto que las Naciones Unidas promovieron el control internacional de esas sustancias mediante la Convención de Viena realizada en 1971.

Gran número de estupefacientes y sustancias psicotrópicas son productos naturales o sintéticos, que en general tienen uso médico sobre la actividad mental y el estado de ánimo del usuario. En consecuencia, cuando son utilizadas bajo control médico son beneficiosas para la salud; por el contrario, cuando son usadas indiscriminadamente, sin ningún control, cuando en general se abusa de ellas, son nocivas a la salud, al usuario y a la sociedad.

HISTORIA DE LA DROGA

La historia del consumo de productos tóxicos por el hombre se remonta a épocas perdidas en la niebla del pasado. Tanto en el nuevo como en el viejo mundo existen registros de diversas prácticas realizadas hace siglos, quizás milenios, relacionadas con la utilización de sustancias alteradoras de la mente o embriagantes.

Desde tiempos muy remotos ha sido un recurso utilizado por los shamanes, sacerdotes y brujos para entrar en trance al fin de llevar a cabo sus actividades religiosas como profetizar, adivinar, sanar enfermos e invocar a los espíritus para comunicarse con él.

No lo usaban en forma repetitiva para crear estado de euforia y placer.

Los habitantes de ciertas regiones de África y los Altiplanos de Perú y Bolivia mascan nuez de betel, hojas de coca u otros alcaloides para disminuir la sensación de hambre y cansancio.

Pero en la actualidad la gente que vive en las ciudades del mundo industrializado, que viven en comodidades, se dedican con insistencia a usar numerosas drogas que alteran la mente y perjudican profundamente las funciones cerebrales, con el único propósito de obtener placer a cualquier costo.

FACTORES CLAVE DE LA DROGADICCIÓN

Habituación: es algo que realizamos a diario y que se hace costumbre. El consumo habitual de Drogas

puede llegar a la dependencia.

Dependencia: es la necesidad física de consumir frecuentemente y en cantidades cada vez mayores, dando como resultado problemas físicos y sicológicos al individuo.

Estos dos términos se relacionan en gran cantidad:


Los dos son realizados diariamente.


Ambos le hacen daños al cuerpo.

Cada ser humano es un individuo único, con características propias, virtudes y defectos, facilidades y limitaciones. Es por lo que cada cual debeorientar sus metas en el sentido que considere sea capaz de lograrlas. Así evitarán frustraciones que puedan llevar al individuo a consumir drogas.

Adicción: es el consumo de una droga o la participación en una actividad se convierte en adicción, si a pesar de que le causa problemas en su vida, usted sigue haciéndolo.

Causas: entre las causas más abundantes son los problemas familiares, la curiosidad y los amigos.

Tipos de drogas:

Heroína

Morfina

Codeína

Narcóticos Paregórico

Petidina

Metadona

Barbitúricos

Tranquilizantes

Bromuro

Sedantes Alcohol

PVC

Nicotina

Clasificación de las drogas.

Anfetaminas

Cocaína

Estimulantes Cafeína

APC

STP

LSD

Alucinógenos DMT

Mezcalina

Psilocibina

Marihuana

Narcóticos: Son drogas que producen dependencia física y psicológica, unos de sus efectos son la euforia, reducción del temor, de la tensión, de la ansiedad, la actividad física, produciendo insomnio, vómitos, etc.

Los drogadictos necesitan dosis más y más elevadas para lograr sus efectos, lo cual es costoso. Las víctimas inveteradas recurren a menudo al crimen para satisfacer su vicio.

Sedantes: Son drogas que deprimen y retardan las funciones del cuerpo. A menudo, estas drogas se

llaman tranquilizantes y píldoras para dormir o, a veces, simplemente sedantes.

Sus efectos oscilan entre calmar a personas que experimentan ansiedad y promover el sueño. Tanto los tranquilizantes como las píldoras para dormir pueden tener ambos efectos, según la cantidad ingerida.

Estimulantes: El término estimulante se aplica a varios grupos de drogas que tienden a aumentar la agudeza mental y actividad física. Algunas personas emplean los estimulantes para contrarrestar la somnolencia y el sentimiento de cansancio producido por las píldoras para dormir. Este ciclo de estímulo/depresión es sumamente perjudicial para el cuerpo y además peligroso.

Alucinógenos: Son drogas que afectan las percepciones, sensaciones, capacidad mental, conciencia y emociones de las personas.

Tipos de consumidores de drogas

Consumidor experimental

Causa más común de su consumo: curiosidad, experimentar un estado de ánimo diferente.

Características del consumo: consumo esporádico. Individuos que llegan a probar una vez y luego la dejan y no vuelven a consumirla.

Consumidor recreacional

Causa más común de su consumo: búsqueda de placer.

Características del consumo: esporádico, de tipo social.

Consumidor circunstancial

Causa más común de consumo: necesidad de lograr un fácil apoyo para enfrentar una situación determinada.

Características de consumo: consume cada vez más para sentirse bien ante determinadas situaciones.

Consumidor habituado

Causa más común de consumo: mantener el estado anímico, psicológico o físico que produce la droga.

Características de consumo: una o más veces al día.

Consumidor adicto ð

Causas más comunes de su consumo: necesidad permanente y compulsiva de experimentar el estado psicológico y/o físico que la droga produce.

DROGAS ILEGALES

Son las que están prohibidas por la ley.



La marihuana

En las décadas de los 60 y 70, contrariamente de lo que sucede en la actualidad, los drogadictos usaban marihuana de baja potencia que no producía gran efecto euforizante, ni mucho daño: daban algunos chupadas al pitillo y eso era todo.

Además las investigaciones iniciales acerca de la marihuana eran inconcluyentes y limitadas. Los investigadores sostenían que no estaban seguros, que necesitaban estudios adicionales, que no podían aplicar los resultados a los seres humanos.

Todo eso fue interpretado por la prensa y por numerosos científicos como indicación de que la marihuana era inofensiva.

Hace mucho que sabemos que la marihuana era peligrosa, pero lo que no se ha descubierto aún es hasta qué punto se extienden los límites de su peligrosidad.

En términos generales podemos decir que la marihuana es un alucinógeno no intoxicante con el nombre de una droga cruda fabricada con la planta Cannabis Sativa. El principal ingrediente psicoactivo en la marihuana es el THC, pero la planta también contiene más de otros elementos químicos.

Efectos de la marihuana:

LA MARIHUANA NO ES INOFENSIVA.

Los efectos físicos observados regularmente son:

Aceleración sustancial del ritmo cardíaco

Ojos inyectados (de sangre)

Sequedad en la boca y la garganta

Aumento del apetito

Reduce la capacidad de memoria y comprensión a corto plazo

Altera el sentido del tiempo

Disminuye la capacidad de realizar tareas que requieren concentración y coordinación

Paranoia

Psicosis

Somnolencia

Como los fumadores de marihuana inhalan profundamente el humo sin filtrar y lo retienen en los pulmones tanto tiempo como puedan, la marihuana es perjudicial para los pulmones. El humo de marihuana contiene más agentes carcinógenos que el humo del tabaco.

¿Es adictiva?

Sí. Estudios han comprobado que el uso constante de la marihuana crea tolerancia hacia la droga. Esto significa que la persona tiene que fumar más cantidad para sentir la euforia que solía sentir con pequeñas dosis.

También crea una dependencia psicológica, lo cual significa que el usuario apetece la droga por sus efectos.

El cuerpo igualmente desarrolla una dependencia física hacia la droga, mostrando síntomas de la falta de la droga tales como dificultad de dormir, nerviosismo y mal humor.

Entre algunos efectos físicos inmediatos de la marihuana figuran los siguientes: aceleración de los latidos del corazón y del pulso, enrojecimiento de los ojos y sequedad de boca y garganta.

Los fumadores de marihuana sufren frecuentemente dolores de cabeza, de palpitaciones y ansiedad intensa capaz de convertirse en temor a la muerte. Además padecen de trastornos en la secreción salival, náuseas, vómitos y molestias abdominales.

La risa inmotivada y frecuente prolongada en los consumidores de esta droga es producto de las alteraciones del humor que dan lugar a una especie de euforia vacía.

El desdoblamiento de la personalidad de estos fumadores es característico y les comunica una sensación de que asisten a la proyección de cintas cinematográficas en las cuales ellos son los protagonistas.

El cáncer del pulmón es un riesgo con muchas posibilidades en estos fumadores que en número mayor al de los fumadores de tabaco, contraen la enfermedad. Se ha encontrado que el humo de la marihuana contiene los mismos agentes cancerígenos que los del tabaco.

Al fumar marihuana se aumenta en ritmo cardíaco hasta en un 50%, según la cantidad de THC que contenga el cigarrillo.

La marihuana puede ocasionar dolores de pecho en las personas que tengan suministro sanguíneo insuficiente al corazón y produce éstos efectos con mayor rapidez.

La atrofia cerebral tampoco es extraña en las personas que fuman marihuana durante largos años (diez o más.

Por la misma razón se acepta científica que el THC produce lesiones cerebrales, como igualmente produce lesiones en el cromosoma, actuando como factor mutágeno, causa daños en las células de la reproducción.

Por último, el sistema reproductor. Algunos estudios de investigación indican que el consumo de marihuana durante el embarazo puede producir bebés prematuros y de bajo peso al nacer. Los estudios realizados con hombres y mujeres que fuman marihuana han demostrado que esta droga puede influir en los niveles de algunas hormonas relacionadas con la sexualidad. Las mujeres pueden tener ciclos menstruales irregulares y

ambos sexos pueden sufrir una pérdida temporal de fecundidad.

Efectos de la marihuana sobre la capacidad de conducir

Los experimentos realizados demuestran que la marihuana afecta adversamente a una amplia gama de aptitudes requeridas para conducir con seguridad: se entorpecen las facultades mentales y los reflejos, se hace más difícil para los conductores responder a eventos repentinos e inmediatos.

También se ve afectada adversamente la capacidad del conductor para seguir en su vía o carril en las curvas, frenar rápidamente y mantener la velocidad y la distancia apropiada entre los automóviles. La investigación demuestra que estas aptitudes sufren un deterioro menos por espacio de 4 a 6 horas después de fumar un solo cigarrillo de marihuana, en riesgos de accidentes aumenta enormemente. La marihuana produce un peligro

patente en la carretera.

La marihuana puede producir dependencia

Las personas que consumen marihuana regularmente y a largo plazo pueden hacerse psicológicamente dependiente de la droga. Puede serles muy difícil limitar su consumo, puede necesitar una mayor cantidad de la droga para producir el mismo efecto y pueden encontrar problemas en sus puestos de trabajo y en sus relaciones personales. La droga puede convertirse en el principal aspecto de suicidio.

¿Qué se entiende por estar quemado por la marihuana?

Quemado es un término utilizado inicialmente por los fumadores de marihuana para describir el efecto de un consumo prolongado. Las personas que fuman marihuana asiduamente por largo tiempo pueden experimentar torpeza, lentitud de movimientos y falta de atención. Estos fumadores quemados se muestran tan inconscientes de lo que los rodea que no responden cuando les hablan y no comprenden que tienen un problema.











Alcohol.

El alcohol es la droga más consumida en nuestro entorno sociocultural, de la que más se abusa y la que más problemas sociales y sanitarios causa (accidentes de tráfico y laborales, malos tratos, problemas de salud, alcoholismo, etc.,).

Es un depresor del sistema nervioso central que adormece progresivamente el funcionamiento de los centros cerebrales superiores, produciendo desinhibición conductual y emocional. No es un estimulante, como a veces se cree, la euforia inicial que provoca se debe a que su primera acción inhibidora se produce sobre los centros cerebrales responsables del autocontrol. El alcohol es un tóxico para la práctica totalidad de los órganos y tejidos del organismo. Parte de los efectos tóxicos se deben al acetalaldehído, que es un producto del metabolismo del alcohol en el interior de nuestro cuerpo. Se sabe, en cambio, que el alcohol afecta a la práctica totalidad de los mecanismos neurotransmisores, es decir, al mecanismo que conecta la mente y el sistema nervioso en su conjunto con el resto del cuerpo. Por eso cuando bebemos alcohol "controlamos" menos. Además, el alcohol potencia uno de estos neurotransmisores (el GABA), que tiene efectos depresores sobre el sistema nervioso central; por eso el alcohol produce somnolencia.

Todos conocemos la relación entre el consumo de alcohol y la probabilidad de padecer una enfermedad de hígado, particularmente cirrosis.



La cocaína.

Los primeros relatos de los españoles prueban que la coca era ya bien conocida antes de la conquista y gozaba de gran prestigio entre los indígenas.

Algunos españoles fueron aficionándose a la droga personalmente y, sobre todo, apreciando sus cualidades para hacer trabajar más y con menos nutrición de la mano de obra indígena. Era indispensable que los obispos encontraran un modis vivendi pronto y así fue que se toleraría el cultivo siempre que quedase condenada su utilización en cualquier tipo de ceremonia religiosa, y se gravaría con un impuesto cualquier transacción.

De este modo, si en 1569 un decreto de Felipe II atribuía sus efectos a la voluntad del maligno, en 1573 una ordenanza del virrey Francisco de Toledo la legaliza oficialmente y determina que el 10% del valor de la compra/venta de estas sustancias corresponderá al clero.

Para el año 1840, algunos consideraban que el empleo moderado de la coca promovía la salud y prolongaba la longevidad, también consideraban que no era un fármaco, sino que tenía propiedades nutritivas, algo así como un alimento para los nervios.

Podemos definir a la cocaína como un alcaloide extraído de las hojas de la coca, planta que crece en Sur América; al igual que las anfetaminas, es un estimulante del sistema nervioso central.

La cocaína aparece en distintas formas. El clorhidrato de cocaína es la forma más disponible de la droga y se utiliza médicamente como anestésico local. A menudo, es un

polvo fino, blanco, parecido al cristal, aunque a veces viene en trozos mayores que en la calle se denominan rocas. De ordinario, la cocaína se aspira o introduce por la nariz, aunque

algunos adictos se inyectan o fuman una forma de la droga llamada base libre.

Otra forma de la droga es la pasta de coca. Es un producto crudo fumado en Sudamérica. Puede ser especialmente peligroso ya que también tiene contaminantes tales como el queroseno que puede ocasionar daños a los pulmones.

Métodos de consumo

La cocaína puede consumirse por vía nasal, subcutánea, intravenosa.

Método del consumo nasal de la cocaína: La vía de elección más frecuente es la nasal, por lo que es absorbida, en inhalación, bajo la forma de polvo. Se calcula que el 80% de consumidores lo hacen por esta vía.

Método del consumo subcutáneo de la cocaína: La vía subcutánea, por inyecciones, es poco usada debido a los inconvenientes que trae aparejados: uso de inyectadoras y la facilidad de producir accesos por falta de asepsia.

Método de consumo intravenoso de la cocaína: Generalmente esta vía es usada por consumidores inveterados.

Lo más frecuente es que se trate de un consumidor de heroína, que utiliza por vía intravenosa una mezcla de heroína"cocaína (en el argot se conoce como bola rápida).

Efectos de la cocaína

La cocaína estimula el sistema nervioso central. Sus efectos inmediatos incluyen:

Dilatación de las pupilas

Aumento de la presión sanguínea, del ritmo cardiaco y respiratorio

Aumento en la temperatura del cuerpo

Su uso ocasional puede producir:

Congestión o drenaje de la nariz

Ulceración de la membrana mucosa de la nariz.

La inyección de cocaína con equipo contaminado puede producir SIDA, hepatitis y otras enfermedades.

El uso crónico de esta droga causa los siguientes síntomas en el organismo en adición a los efectos arriba

mencionados:

Dolor abdominal

Nauseas

Vómitos

Respiración irregular

Convulsiones

Paro cardiaco

¿Es adictiva?

La cocaína es una de las drogas más adictivas que hay, ya que su efecto, aunque fuerte, es de corta duración.

El Crac es extremadamente adictivo.

Cuando la cocaína se introduce por la nariz, los efectos comienzan a sentirse en cuestión de unos minutos, alcanzan el punto máximo de un intervalo de 15 a 20 minutos y desaparecen en el lapso de una hora.

Estos efectos son, entre otros, dilatación de las pupilas y aumento de la presión sanguínea, del ritmo de pulsaciones del corazón y de la respiración del cuerpo. El adicto puede experimentar un sentimiento de bienestar y sentirse más enérgico o alerta y con menos apetito.

Este alcaloide va acompañado con un estado de irritabilidad que hace difícil la convivencia con sus semejantes.

Se torna agresivo, impulsivo, celoso, etc. En este período el sentido genésico se halla exaltado. Poder genital que pronto ha de desaparecer para dar lugar a la impotencia o frigidez.

Todo esto trae un debilitamiento progresivo de la inteligencia; paulatinamente la voluntad, los sentimientos afectivos y el sentido de moral desaparecen, transformando al individuo en un degenerado.

Los trastornos circulatorios se exteriorizan por alteraciones cardíacas; taquicardia, síncopes, crisis dolorosas, arritmias, etc.

Los trastornos digestivos se inician con pérdida del apetito, presentándose la anorexia en forma irregular; la piel se hace subictérica, la flacura es bien manifiesta.

Los trastorno urinarios se manifiestan por albuminurias, oligurias, crisis de poliuria.

Dependencia de tipo cocaínico

La dependencia de tipo cocaínico es un estado provocado por la administración repetida de cocaína o de un agente de propiedades semejantes a las de la cocaína en forma periódica o continua.

Sus principales características son:

Un invencible deseo o necesidad de seguir tomando la droga y de obtenerla por todos los medios.

Ausencia de tolerancia para los efectos de la droga durante la administración continua de ésta; en la administración episódica, que es la más frecuente, la droga se toma a veces a pequeños intervalos,

acumulándose hasta producir una intensa reacción tóxica.

Una dependencia psíquica respecto a los efectos de la droga, relacionada con una aparición subjetiva e individual de esos efectos.

Ausencia de dependencia física y, por tanto de síndrome de abstinencia al suprimir repentinamente la droga; esa supresión va acompañada de un trastorno psíquico que se manifiesta por un deseo vehemente de obtener la droga.

Paco o crack

El "paco" o crack americano es una variante de la pasta base de cocaína, que no necesita de grandes infraestructuras para ser fabricado, se elabora con instrumentos caseros y pocas instrucciones.

La pasta se obtiene a través de la maceración de las hojas de coca, mezcladas con solventes como la parafina, bencina o éter, lo que refuerza el carácter adictivo y el efecto rápido, intenso y de corta duración de cada dosis.

En su elaboración hay desde ácidos convencionales hasta vidrio molido de los tubos de luz fluorescente.

El porcentaje real de cocaína en cada dosis no supera el 10 %.

La nueva droga, cada vez más letal, cuesta la mitad de un cigarrillo de marihuana y se convirtió en la droga más barata y destructiva en las áreas marginales de la ciudad.

Efectos El paco es casi todo conformado por químicos o elementos adulterantes que profundizan las lesiones cerebrales y pulmonares en poco tiempo de consumo la droga genera secuelas neurológicas irreversibles por la inhabilitación permanente de los centros nerviosos, pérdida de reflejos, motricidad, inteligencia y hasta memoria.

¿Por qué se drogan?

En los últimos años, se viene observando una correlación entre el consumo abusivo de drogas y el incremento del índice de criminalidad, alcanzando cada vez edades más cercanas a la niñez.

El consumo de drogas se presenta como un hecho social derivado de otros factores previos como son la marginación social o integración de los individuos, las expectativas socio"profesionales, la integración o desintegración familiar, etc.; en suma, de todo aquello que favorece o dificulta la consecución de una estabilidad afectiva que lleve al individuo a una situación de madurez.

En general, podemos afirmar que la mayoría de las veces, las personas las usan para intentar cambiar el estado

de ánimo, siendo su fin sentirse más felices, quizá buscando escapar de sus problemas, de dolores, de la ansiedad o de frustraciones; y aunque, en algunos casos, se consumen para satisfacer una curiosidad o probar lo prohibido, el peligro que se corre en la mayor parte de las ocasiones procede del desconocimiento de la sustancia utilizada, de los peligros y perjuicios que la droga puede acarrear por sí misma o por las mezclas que a menudo realiza el traficante para obtener más rendimiento a la "mercancía".

La droga, por sí sola, no resuelve los problemas; tan solo pospone, y, casi siempre, los agrava; lo que suele hacer que su resolución sea cada vez más difícil. Dicen algunas personas que en ocasiones, al utilizar las drogas por su cuenta, se sienten mejor. No es cierto, y sus efectos ficticios, como no perduran, inducen a volverlas a consumir, aumentando generalmente la cantidad para sentir los efectos apetecidos.

LAS DROGAS Y SUS EFECTOS

Las drogas son sustancias naturales o sintéticas que cuando se introducen en el organismo pueden modificar una o más funciones, podernos agregar que su uso afecta al individuo de modo tal que provoca alteraciones psíquicas, físicas y de comportamiento.

La drogadicción es la unión de dos palabras: droga y adicción. La adicción a las drogas es un estado de intoxicación provocado por el consumo repetido de una droga. Sus características son: un deseo o necesidad (compulsión) para seguir consumiendo la droga, una tendencia a aumentar la dosis (tolerancia), una dependencia psíquica y casi siempre física en cuanto a los efectos de la droga.

Existe una clasificación de tipos de drogas según los efectos que producen en el organismo humano;

Por ejemplo:


se consideran estimulantes a las anfetaminas y cocaína.


depresores o sedantes a los barbitúricos y tranquilizantes narcóticos al opio y sus derivados (como la morfina y heroína) ð


alucinógenos a la marihuana y el LSD.


Inhalantes: como gasolina, tiner, removedores de esmaltes, resistol, etc.

La dependencia es cuando el sujeto ya no busca experimentar las sensaciones generadas por la droga, sino evitar el sufrimiento que le produce su carencia. Las drogas pueden causar dos tipos de dependencia la psicológica y la física.

Dependencia psicológica: Ocurre cuando la sustancia tóxica se integra en el metabolismo del cuerpo, la persona depende de la droga para sentirse mejor en sus actividades cotidianas.

Por lo general, quienes muestran dependencia psicológica buscan sustancias más fuertes, debido a que el organismo desarrolla tolerancia o capacidad de resistencia a los efectos de la droga.

La tolerancia aumenta cuando el uso repetido, por lo que, con el tiempo, se requiere una dosis mayor para provocar los efectos originales.

De esta forma se pasa de la dependencia psicológica a la física.

Dependencia física: El uso cotidiano de la droga afecta las funciones del organismo; Por lo mismo, si la persona pretende dejar de consumirla o no puede usarla por un tiempo, sufre malestares graves.

Síndrome de abstinencia: Cuando existe abstinencia física y se suspende la administración regular de la droga, se presenta una serie de síntomas psicológicos y fisiológicos sumamente desagradables.

La tolerancia y la abstinencia a menudo provocan la muerte; la primera, por el aumento constante de la dosis, y la segunda, porque los síntomas se tornan peligrosos cuando se interrumpen bruscamente el consumo de las cantidades de droga al que el organismo estaba acostumbrado.

La drogodependencia y su relación con el delito:

La drogodependencia es un agente de incuestionable incidencia en la etiología.

Cuando se habla de él es imposible dejar de hacer consideraciones acerca del rol que las drogas cumplen en su génesis y al tratar las toxicomanías no podemos omitir sus aspectos criminológicos.

Si la criminología, como señala Laplaza, tiene por objeto no sólo ni específicamente el estudio del delito, sino que lo trasciende, ocupándose de la conducta humana peligrosa como fenómeno individual y social, en su descripción, diferenciación, correlaciones y causalidad, surge con claridad que las drogas ostentan un lugar de privilegio dentro de las múltiples y complejas causas criminógenas.

La bibliografía se incrementa diariamente con aportes que no hacen sino reafirmar lo antes dicho, y la práctica profesional de todos aquellos que de alguna manera están relacionados con el tema lo ratifica.

Un drogadicto, por el solo hecho de serlo, no debe ser visto como un delincuente, pero no se puede negar que tal condición lo enfrentará con más posibilidad y frecuencia con las conductas peligrosas e ilícitas.

La acción negativa de la droga relaciona siempre, a quien está de cualquier forma vinculado con ella, con el delito, aunque no llegue a cometerlo.

Si entendemos, con Grispigni, que “la peligrosidad criminal es la capacidad de una persona para convertirse con probabilidad en autora del delito” el adicto, sin dudas, la tiene. Todos representan una peligrosidad “latente”, presta a materializarse ante circunstancias desencadenantes.

En una de las conclusiones resultantes de los coloquios celebrados en Madrid en 1972, la Real Academia Nacional de Medicina de España, refiriéndose a la dependencia a drogas, expresó que “es una enfermedad social que está afectando especialmente a la juventud en la que causa daños físicos, psíquicos y sociales llevándola a hacer caso omiso de deberes familiares, laborales y morales”. Este concepto que debe ser plenamente compartido,

sintetiza la incidencia de la droga en los dos factores del binomio “individuo - mundo circundante”, que siempre deben ser analizados al estudiar la etiología del delito.

No obstante lo expuesto, se leen y escuchan opiniones, no siempre cumplidas a nivel científico y muchas veces evidentemente tendenciosas y especulativas, que restan a determinadas drogas acción criminógena, siendo la marihuana la que por lo general se toma como ejemplo en la controversia. No nos debe extrañar esta actitud, ya que algunos inclusive, le adjudican a las drogas toxicomanígenas una “acción positiva atribuyéndole sus efectos negativos a la personalidad de quienes la usan y a la ineficacia de quienes deben ejercer el control del consumo.

Nosotros consideramos que el toxicómano es siempre proclive a cometer delitos y a ser víctima de ellos y que la droga tiene probada idoneidad para cumplir distintos roles en la criminogénesis.

La cárcel es así, junto con el hospital, el manicomio y el cementerio, el epílogo frecuente de la vida de estas desgraciadas personas.

Sin embargo, la droga no es todo y debe considerarse un elemento más a tener en cuenta en el estudio criminológico.

Sus efectos varían en los diferentes individuos y por lo tanto no es posible la generalización.

Como en todos los aspectos, también en el que estamos ahora tratando es imprescindible estudiar la personalidad de base del adicto delincuente, que es la que “dará vida” a la droga.

La historia criminológica debe seguir en estos casos sus lineamientos generales, debiendo prestarse particular atención al examen somatopsíquico del interno y a los estudios complementarios para satisfacer de la mejor manera posible la exigencia expresada en el párrafo precedente.

Recordemos los principales capítulos con que ha de contar como mínimo, el estudio criminológico:

Antecedentes familiares;

Relaciones sociales (familiares y extrafamiliares);

Instrucción;

Vida laboral

Antecedentes policiales y judiciales;

Delito actual: En este capítulo es aconsejable primero hacer una síntesis del delito de acuerdo a lo referido en el testimonio de sentencia y luego solicitar al procesado que exprese su versión del hecho, de ser posible por escrito;

Aspecto victiminólogo;

Examen somatopsíquico: Se complementará con todos los estudios que se consideren necesarios (electroencefalografía, psicodiagnóstico, análisis clínicos, etc.);

Información social.

Con todos estos antecedentes, aportados por los distintos integrantes del equipo criminológico, se elaborarán las conclusiones de la historia criminológica. Ellas son:

Diagnóstico de personalidad;

Génesis delictiva;

Clasificación;

Pronóstico;

Tratamiento a instituir en la base al estudio criminológico practicado.

Se ha señalado con acierto, refiriéndose al alcohol, “que en el fondo de una botella caben todos los delitos”. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que en el campo de las toxicomanías sucede lo mismo, pero a pesar de las copiosas citas bibliográficas careceremos de un sólido aval estadístico, debiendo señalar que esta falencia no se da sólo en nuestro medio, sino que se advierte en general, como lo destaca Pinatel.

Los delitos relacionados con las “drogas” pueden distinguirse en:

1) los que se cometen bajo la influencia de la droga;

2) los que responden a la “necesidad” de conseguirla, condicionada por la sujeción del individuo a la droga, es decir, por la dependencia;

3) los previstos en la ley .

Delitos cometidos bajo la influencia de la droga.

Las características modalidades guardan generalmente relación con el efecto que la acción tóxica de la droga produce en el sujeto.

Serán actos violentos, cargados de agresividad cuando se esté bajo la influencia de un estimulante, que se traducirán en homicidios, lesiones, desacatos, etc. en muchos casos la presencia de otros componentes, como la ansiedad, el temor, el pánico, etc., dan al delito peculiares características.

Bajo la acción de los depresores, es poco probable la comisión de delitos violentos, habida cuenta de la incidencia que tiene sobre la volición traducida en una merma de la actividad. Se encuentran aletargados, evadidos de la realidad, y en ese estado de ensoñación nada les importa que sea ajeno al “paraíso” en el que están inmersos; en cambio, los adictos a los opiáceos son muy peligrosos en la abstinencia.

Los barbitúricos, en su cuadro de intoxicación aguda, pueden generar automatismos que llevan por este mecanismo a la comisión de delitos y también a la propia muerte al seguir ingiriendo la droga automática e inconscientemente hasta llegar a la dosis letal no buscada voluntariamente (falsos suicidas).

Las perturbaciones perceptivas producidas por los alucinógenos ya sea por sí misma o generando delirios de distinto contenido son frecuentes causas de delito. Desde el conductor alucinado que produce un accidente fatal hasta el que mata ante visiones terroríficas y amenazantes, existe una gama de posibilidades.

Los estados delirantes motivados por las drogas participan en la psicogénesis delictiva de la misma manera que lo hacen cuando responden a otra etiología.

Las autoagresiones, que llegan al suicidio, son también frecuentes. La agresividad se dirige entonces hacia el mismo adicto, embargado en el trance generalmente por una gran ansiedad. Mientras un cocainómano, por ejemplo, preso de una alucinación visual enfrenta el “peligro” y no duda en atacarlo, otros “drogados” fugan aterrorizados frente a la amenaza y pueden arrojarse por la ventana.

Existen casos donde la muerte aparenta a un suicidio. Al sentirse omnipotentes por el efecto del tóxico, no vacilan en colocarse en situaciones inequívocamente suicidas; tal el caso de una adolescente que se detuvo en el medio de una avenida muy transitada con sus brazos en alto con la intención de detener el tráfico que circulaba por ambas direcciones. La morgue judicial fue el lógico destino de la desgraciada niña, y la peritación toxicológica esclareció la real etiología del suceso.

Delitos por omisión también pueden ser originados por drogas, ya sea por el efecto propio de las depresoras o el “paradójico” de los estimulantes.

La asociación de drogas y de éstas con el alcohol potencializan el efecto criminógeno, pudiendo llegarse a niveles de extremada peligrosidad en psicópatas, epilépticos, postraumatizados cráneo-encefálicos, etc.

Merecen especial atención, por la importancia médico-legal y psiquiátrico-forense que tienen, los delitos que pueden ser cometidos durante el efecto flash back, o sea, la reaparición de los síntomas psíquicos, propios de la intoxicación aguda sin participación de la droga hasta varios meses después del último consumo. Se produce así una reviviscencia de la situación ocurrida tiempo atrás, con las mismas posibilidades en el campo criminólogo abocado al estudio de la génesis delictiva.

Sabemos que el organismo sufre las modificaciones específicas que la acción de las drogas le genera y en tal sentido se producen sus efectos, pero éstos pueden ser paradójicos y contrarios a los esperados, eventualidad que debe siempre considerarse para efectuar la correcta valoración de los hechos. Si una persona, por ejemplo, toma anfetaminas próximamente a la iniciación de un viaje, lo hará con el objeto de disminuir la sensación de fatiga y evitar dormirse en la ruta; sin embargo, podrá generar un desastre al perder el control del vehículo, como consecuencia de un resultado opuesto al buscado.

En los accidentes de circulación es necesario investigar la incidencia etiológica de las drogas. En muchos las modalidades del siniestro y las actitudes incongruentes de los conductores inducen a pensar en la participación tóxica, ratificación que se obtiene mediante las peritaciones pertinentes, debiendo procederse de igual manera con las víctimas, que pudieron serlo por la misma causa.

Delitos relacionados con la obtención de la droga.

El hábito, o sea, la adaptación del organismo a la droga y a la etapa subsiguiente de dependencia, es decir, cuando ya se está sujeto a ella, psíquica o psicofísicamente, hacen que el adicto trate de conseguirla a cualquier precio, sin medir las consecuencias. Cuando es presa del síndrome de abstinencia y padece la dramática sintomatología de la carencia, que puede ser suprimida sólo con la administración de una nueva dosis, el “hambre de droga” -la “necesidad”- lo enfrenta con una dramática situación que debe resolver sin demora, y el delito violento, caracterizado por su impulsividad y agresividad, puede ser la única alternativa para obtenerla.

Son frecuentes los robos, hurtos, fraudes, estafas, asaltos, falsificación de recetas, malversaciones, calumnias, chantajes, etc. Generalmente, intentan no ejercer violencia contra las personas, pero cuando la situación supera esa posibilidad, se cometen lesiones y homicidios.

La delincuencia en estas circunstancias pueden ser individual o asociada, siendo frecuente que se organicen grupos e integren bandas entre jóvenes adictos para conseguir la droga, ya sea robándola directamente de farmacias y droguerías, o logrando, mediante el delito, dinero para obtenerla, soliendo ser las primeras víctimas familiares y amigos.

El adicto, inmerso en una degradación física, psíquica y moral acepta cualquier situación para lograr la droga, que llega a ser su única preocupación, resultando así víctima de delitos. Comete actos que resultan perjudiciales para su propio patrimonio, transformándose en presa fácil y codiciada de traficantes y usureros.

En oportunidades la sugestionabilidad y la abulia que ostentan, es aprovechada por delincuentes habituales, quienes los instigan a participar en delitos, mientras ellos se mantienen al margen del hecho, a la espera del botín.

La prostitución también guarda relación con la droga. La mujer adicta no vacila en vender su cuerpo para conseguirla, pero si bien el hecho individual tiene gran importancia criminológica, el uso que de las drogas hacen los tratantes para arrastrar a las mujeres a la prostitución lo es de manera superlativa.

El gangsterismo, organizado para tales fines, recurre a las drogas para captar a muchachas, como paso previo a la prostitución, usando diferentes tácticas para alcanzar sus perversos objetivos.

Una de ellas es a través de “jóvenes atractivos” que entablan relación con las candidatas y las inician en la droga, proveyéndoles en esta etapa de inducción todas las dosis requeridas. Cuando ya están habituadas y sometidas a la tiránica acción de la droga, se las priva bruscamente de ella aduciendo cualquier motivo, y es entonces cuando los rufianes han ganado la batalla, y las infelices mujeres, con el fin de obtenerla, no vacilan en ejercer la prostitución.

El empleo de las drogas es uno de los instrumentos que han facilitado el auge del proxenetismo y ha permitido abandonar, en muchos ámbitos, otros medios de sujeción que resultaban de mayor riesgo para los tratantes.

No obstante lo expuesto, las adictas están imposibilitadas para “trabajar en forma regular y eficiente”, llegando a ser rechazadas por los clientes y abandonadas por los mismos que las iniciaron en ambas esclavitudes.

En forma análoga a lo que sucede con las alcohólicas, muchas llegan a la prostitución por las drogas, y otras tantas han caído en la drogadicción por la prostitución.

Todos los delitos son posibles, y múltiples las modalidades para obtener la droga; por ello, luchar contra las toxicomanías es hacerlo contra la criminalidad en general.

Conclusión

LAS DROGAS IMPLICAN UNA RENUNCIA DEL HOMBRE A PENSAR, A QUERER Y ACTUAR COMO PERSONA LIBRE Y LO LLEVAN A NO PODER EXPRESAR SUS PROPIOS SENTIMIENTOS.

Bibliografía:

Toxicomanías: Astolfi/Gotelli/Kiss/Lopez Bolado/Maccagno/Poggi

GRADUADO EN CIENCIAS DE LA SEGURIDAD

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